
En mi epitafio me gustaría este hermoso poema de Omar Kayyam (¿cómo no?). No pude encontrar una traducción al español y aunque es muy difícil traducir poesía, lo intentaré con absoluta modestia:
“Lorsque je serai mort, lavez-moi
avec le fus de la treille;
au lieu de prières, chantez sur
ma tombe les louanges de la
coupe et du vin.
Si vous désirez me retrouver au
jour dernier,
cherchez-moi sous la poussière
du deuil de la taverna.”
[Cuando yo muera, lávenme
con lo que era la parra;
en lugar de oraciones, canten
sobre mi tumba los elogios de la copa y del vino.
Si desean encontrarme
al día siguiente,
búsquenme bajo el polvo de duelo de la taberna.]